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jueves, 19 de mayo de 2016

Ay, qué cruz

-¿Tu crees en la reencarnación?
-Sí y no.
-Aclárame...
-El karma (en sánscrito: कर्म) es una energía trascendente, invisible e inconmensurable que se deriva de los actos de las personas. Según las leyes del karma cada una de las sucesivas reencarnaciones quedaría condicionada por los actos realizados en vidas anteriores. Una ley cósmica de causa-efecto. La lógica empírica de este mundo pero a niveles de consciencia más amplios. En occidente solemos decir "el que la hace la paga". Los hebreos la llaman 'Ley del talión'...En la India la creencia en el karma está asimilada hasta el tuétano. Sin embargo ellos aspiran al Nirvana, es decir, el estado de liberación tanto del sufrimiento (dukkha) como del ciclo de renacimientos.
-Es decir, creen en la verdad del karma pero aspiran a salirse de su rueda.
-Exacto. De la rueda de la fortuna-infortunio. Para ellos, ésta vida podría ser la última...
-Si 'se portan bien', no?
-Sí, si aceptan sus condiciones mundanas sin luchar contra las injusticias. Si has estado allí (yo sí) habrás comprobado que proporcionalmente hay más gente sonriente que en todo Occidente). Persiguen hacer -con las consabidas excepciones- a otros todo el 'bien' de que son capaces, lo que desearían que otros hicieran por ellos.
-Pero ¿eso no es amor interesado?
-No, el interés es manipular (engañar) las circunstancias para obtener un beneficio. Hacer el bien es hacer lo que consideras 'correcto' sin esperar que otros te premien (Mt 6:3).
-Entonces, mis actos están computados en un diario invisible...
-Tus actos y tus omisiones.
-Empiezo a sentirme culpable.
-La intención del karma es que detengas su rueda. Sentirte culpable no solo no la detiene sino que alimenta su vigencia.
-¿y cómo hago para dejar de sentirme culpable? ¿he de volverme un psicópata?
-Psicópata ya lo eras (y los que te rodeaban lo padecieron, lo creas o no) hasta que te has sentido culpable. Sentir culpabilidad es como aceptar el karma: no tiene vuelta atrás. Hasta que no es detectada, la culpabilidad hace su oscuro trabajo con la esperanza de ser reconocida, perdonada y liberada.
-¿De qué soy culpable?
-De nada.
-Entonces, por qué me siento culpable?
-Porque te CREES culpable. Para liberarte de esa creencia no necesitas flagelarte la espalda como los penitentes en semana santa. Ellos no han entendido nada, pues creen que padeciendo la tortura de Cristo se equiparan con él. Basta que reconozcas a tu niño interno inocente, cargado con la losa de la culpa que le entregaron en nombre de sus ancestros y que le ha obligado a caminar triste, inclinado/sometido al dictado de la autoridad externa. Solo una rebelión interna/íntima provocará que tu nave deje de poner proa hacia los arrecifes. Es como si hubieras guardado bolsas de basura de tus vecinos en tu casa. Ya ni recuerdas cuando sucedió (la escalera te conducirá a ese lugar/momento). Técnicamente consiste en que se las devuelvas.
-Una especie de via crucis?
-Verás, la (inexistente) culpa (mancha, pecado original...) es la primera que desea abandonarte, pero no lo hará hasta que reconozcas los eventos que te hicieron adherirte a ella como un salvavidas, las circunstancias que la provocaron...hasta que no restituyas a tu cuaderno de bitácora las páginas que lanzaste por la borda porque eran demasiado incómodas de asimilar, no se te permitirá librarte de la obligación de hacer anotaciones en él.
-Hasta dónde/cuando debo retrotraerme para identificar esas circunstancias?
-El origen de esa culpabilidad es muy antiguo, todo lo antiguo que te atrevas a reconocer. Puedes visualizarlo como un descenso por una escalera de caracol al sótano que nunca supiste que existía en tu casa. Cada peldaño descendido es un recuerdo recuperado. Tu memoria lo agradecerá (falta te hace).
-No sé si podré/sabré.
-Lo está haciendo más gente de lo que imaginas. Ten fe. Tendrás ayuda (el maestro llega cuando el alumno está dispuesto)

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