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jueves, 28 de febrero de 2013

Aquí y ahora ¿qué significa?

Queridos amigos, Yo soy Jeshua. Represento a la energía Crística que está ahora naciendo en la Tierra en y a través de vosotros y vosotras. Os pido que imaginéis mi energía como un Sol. Tan sólo pensad en el Sol Real, esa imagen radiante de fuerza y vida. También podéis, si lo deseáis, ver al sol como una metáfora, como una imagen de vosotros mismos, de vuestro propio ser. Enfocad, aunque sea por un instante, vuestra conciencia en el centro del Sol, y entrad en él con vuestra imaginación – hacedlo con mucha calma y en silencio, como si accediéseis a un santuario de esos que alguna vez hayáis visitado...

...Sentid el inconmensurable poder del campo de energía que constituye el Sol y sentíos en el centro de ese volcán de energía. Sentid el silencio y la tranquilidad ahí, y la naturaleza espontánea de este resplandor que sucede por sí mismo: El Sol, ya veis, irradia su luz hacia fuera sin ningún esfuerzo.

Descansad rodeados de luz en el centro del Sol y sentid cuán bueno y natural es ser llevado por esta fuente de poder. Esta luz está ahí para vosotros, porque vosotros mismos, en esencia, sois realmente un sol. Permitíos por favor relajaros y hundiros dentro de esta luz...

Dejad que esta luz os envuelva de un modo confortable y placentero: muy fluido, cálido, pero nunca abrasador. Permitid que esta luz fluya completamente a través de vosotros y que os recuerde quiénes sois: un alma, un sol, una estrella en todas las células de vuestro cuerpo. Dejad que cada célula de vuestro cuerpo sea imbuida con esta luz sanadora de vuestra alma-sol.

Podéis encontrar el centro de este sol, vuestro núcleo central, siempre que en vuestra vida diaria prestéis vuestra atención completamente en el presente. Si estáis preocupados por lo que pasó en el pasado o por las dudas acerca de lo que os deparará el futuro, os salís de vuestro centro y perdéis conexión con vuestra fuente de luz – ésa que os transporta.

 

Ahora bien, ¿qué es realmente el Ahora? Muchas voces os invocan a que permanezcáis en el Ahora, en el momento actual, en el presente, ¿pero qué es el Ahora en realidad?

En el mismo instante en que le ponéis palabras, en que habláis sobre esto, ya ha concluido, ya ha pasado. El Ahora no es un minuto, ni un segundo; en realidad no puede ser nombrado como una unidad de tiempo. El Ahora se escapa cuando os proponéis determinar qué es y estar en él. Puede sonar desconcertante, pero lo cierto es que No hay fronteras limitantes para el tiempo que es el Ahora. El Ahora desafía las formas ordinarias de pensamiento.

Desde un sentido terrenal, vosotros podéis calcular, contar el tiempo. Decís que un día se divide en 24 horas, cada una de ellas dividida en 60 minutos, 7 días tiene una semana, etc. Esa forma de ver el tiempo NO es natural desde la perspectiva del espíritu humano. Es una convención crono-lógica. El Ahora realmente está libre del tiempo – ¿qué unidad de tiempo puede describir el ahora? La mente humana no puede contener o comprender el Ahora, porque no está sujeto al pensamiento lógico. Sin embargo es totalmente comprensible para vuestros sentimientos...

 

Vosotros sabéis qué significa "perderse completamente en el momento", que se os pase el tiempo volando; por ejemplo, en un instante de goce. Puede haber habido momentos en que experimentásteis algo hermoso y al mismo tiempo se dieron cuenta de cuán especial era ese momento. Estábais conscientes y completamente abiertos a la experiencia que resonaba y fluía a través de vuestro cuerpo, alma y sentimientos. Cuando sucede esto vosotros sois uno con la experiencia y uno con el Ahora – ¡vosotros sois el Ahora!

Permanecer en el Ahora implica consecuentemente estar en el centro de vuestro sol, de vuestra alma, y todo cambio tiene lugar desde ese núcleo central en vuestro inmutable interior.

 

Hoy hablamos acerca del miedo y de cómo vuestra ansiedad se apodera de vosotros cuando estáis fuera de vuestro núcleo, lejos de vuestro centro. El miedo está íntimamente ligado a pensar en un tiempo calculable, el pasado y el futuro: “¿Qué sucederá? ¿Qué puede salir mal?” Anticipar el futuro desde el miedo es muy humano, y solo sucede cuando os habéis desplazado fuera de vuestro centro, si os habéis alejado de vuestro Ahora. Estar en el Ahora significa que todas vuestras fuerzas internas se juntan y se integran. Al hacerlo quedáis en contacto con vuestra esencia, la fuente de todas las respuestas, esas para las que nadie tiene respuesta salvo vosotros mismos. Os volvéis completamente presentes en vuestro cuerpo, alma y sentimientos.

Quiero decir algo más acerca del concepto de tiempo, y de cómo puede intimidaros y atemorizaros. Durante las últimas décadas, ha habido muchas predicciones acerca de determinadas fechas que se encuentran en el futuro. El tiempo ha sido visto como una clase de línea que corre desde el presente hacia el futuro y en base a eso determinados eventos quedan vaticinados. Aceptar esa visión del tiempo os empuja a pre-pararos, a pre-disponeros para los dichos eventos (profecías). Eso puede hacerse ya sea desde el miedo o desde la confianza. ¿Pero es el tiempo una imagen real? ¿Es el futuro realmente un punto en el extremo de una línea recta a lo largo de la cual las cosas están fijas en un lugar y son inamovibles? ¿Es el futuro la suma total de todas esas horas, días y meses que creéis se encuentran en vuestro 'por-venir'? ¿O es ésta una forma totalmente restrictiva de ver el tiempo y el futuro?

Vosotros que estáis aquí y leéis esto, sabéis que la vida es más de lo que sólo es visible en el mundo. Veis las formas de las cosas – el cuerpo de alguien, los árboles, los animales, o incluso las plantas y las piedras – pero en vuestro fuero interno intuís que hay algo dentro de todas esas cosas que no es visible para el ojo y para los sentidos físicos. De algún modo sentís que hay algo misterioso ahí, un vida interior, la cual crea una cosa o un individuo único. Saben que es necesario mirar más profundamente que sólo en la superficie de las cosas, y también saben lo que es experimentar alegría cuando penetran dentro de su mundo interior, el cual también está dentro de ustedes. Ésa es la vida real; ésa es la realidad de todas las cosas. El exterior es sólo una manifestación de ese mundo interior.

¿Qué pasa con el tiempo entonces? Si ustedes miran el tiempo como una línea de unidades o de espacios cuantificables – días, semanas, meses, años – entonces miran al tiempo sólo desde el exterior; desde la perspectiva de aquello que pueden medir con un reloj o con una regla. Pero el tiempo visto desde el interior, como una experiencia, es algo totalmente diferente. Esa perspectiva interior se vuelve evidente cuando consideran el concepto del Ahora. El concepto del Ahora no puede basarse en el reloj o en el calendario; está basado en vuestra presencia consciente, en vuestra conciencia. De acuerdo con vuestra sensación interna del tiempo, el tiempo puede correr muy rápido a veces (cuando lo pasáis bien) o muy lento (cuando hay tedio), independientemente de la forma en que el reloj hace tic-tac. “El tiempo interior” se puede detener cuando experimentan felicidad y puede estirarse infinitamente cuando estáis aburridos; el tiempo interior fluye de acuerdo al modo en que experimentáis las cosas.

 

¿Qué pasa entonces con el futuro y con el pasado? ¿Cuál es su realidad cuando sois vistos desde adentro y no desde afuera? Imaginad otra vez, por un momento, que estáis en el centro del sol de vuestra alma, donde en vuestro centro inmóvil no hay tiempo – sólo hay eternidad. Aunque hay movimiento en la forma de rayos irradiando hacia afuera, hay una esencia primordial que simplemente siempre está ahí. Podéis llamarlo la conciencia de Dios, si lo deseáis, pero es en definitiva Vida Eterna, y también está ahí dentro de vosotros, profundamente arraigado en vuestro centro.

Un sol emitiendo rayos...Imaginad que estáis presentes en esos rayos que sin esfuerzo son irradiados desde el sol. Por medio de esos rayos, podéis manifestaros en muchas vidas y estar en cualquier lugar en el universo. Cada rayo es una vida en el tiempo y en el espacio, podríais decir, en la cual habéis tomado una forma específica: un cuerpo. Tenéis experiencias en ese cuerpo; tiene un principio y un final; nace y muere; es mortal. Al vivir en tal cuerpo, enfocado en el tiempo, os volvéis biológicamente conscientes, atrapados bajo la influencia del concepto de tiempo. Empiezáis a ver las cosas en términos de lo finito, pero vuestro centro verdadero está en el centro de vuestro sol y vosotros, como este sol, emitís incontables rayos que son posibles manifestaciones de vosotros en el futuro – vidas potenciales, expresiones atemporales de vosotros mismos. El futuro no está predeterminado; aunque cada línea de tiempo es una posibilidad muy real en el Ahora, vosotros elegís activar una y la hacéis real en vuestro mundo.

Ved el pasado también de esta manera por un momento. Pensáis que hay sólo una línea de tiempo que corre desde el pasado hacia el Ahora, pero visto desde el punto central de vuestro sol, eso no es así. Detrás de vosotros yace todo un rango de líneas de tiempo, algunas de las cuales han sido activadas por vosotros desde vuestras elecciones, y muchas otras yacen latentes, por decirlo así, pero aún podrían ser activadas en algún momento en vuestro futuro. El pasado no está fijo y “terminado”: podéis re-crear, re-conducir el pasado al re-interpretar las experiencias que habéis tenido, al interactuar con ellas desde el presente. Esto ES POSIBLE porque el pasado no es algo que esté fuera de vuestro alcance, no es un punto anclado en una línea. Os daré un ejemplo para aclarar este tema. Asumamos que os conmocionó vuestra relación pasada con vuestra madre o con vuestro padre; tomemos la presunción de que no fuisteis reconocidos como quienes érais y experimentásteis miedo y una falta de seguridad en el mundo como consecuencia de esta frsutrante relación. Vosotros creéis fírmemente que vuestra desgraciada vida ha estado determinada por ese pasado y tenéis una sensación de victimización debido a esto. Sentís que os convertísteis en aquello que sois ahora debido, aunque solo sea parcialmente, al impacto recibido de vuestros padres, como producto de vuestra crianza.

Suponed ahora que, en el curso de vuestra presente vida, aceptáis profundizar en vuestra conciencia a través del proceso de crecimiento interior. Estableced una conexión con vuestra alma y acceded a vuestro centro, el sol interno. Ahora viajad hasta esas escenas desagradables, hasta las diferentes fracciones de vuestro pasado, como si éste se tratase de un acordeón que se contrae y se estira, escenas en la que padecísteis el abandono de vuestros padres. Una vez allí iniciáis la re-creación de vuestro pasado; la sanación. Eso significa que volvéis a escenificar los capítulos no integrados de vuestra historia, expresando (no necesaria y exclusivamente con palabras) lo que entonces no pudísteis expresar. Haciendo eso desencadenáis vuestra esclavitud resoecto de ese pasado. Un pasado que, de otro modo, continuará reclamando una resolución. Éste es un proceso que reclama valentía y responsabilidad, pero que está perfectamente a vuestro alcance. Así es como simultáneamente testimoniáis la impotencia, la incapacidad de ellos para poder haber obrado entonces de otro modo con vosotros, para ser diferentes de cómo fueron. Veis en vuestras actitudes sus imágenes de miedo y convicciones negativas. Hay perdón en vuestro corazón.

Esta perspectiva más amplia, nace al convenceros de la posibilidad de intervenir en la linea de tiempo. Os ayuda a soltar el victimismo, esa creencia que os mantiene alejados de la abundancia. Incluso comenzáis a constatar que, en realidad, vuestra esencia nunca fue trastornada, violada, por lo que os sucedió. Que el azar no existe porque vuestro destino es más fuerte que la tortuosa senda por la que habéis transitado. Sentís que una parte inmutable de vosotros ha permanecido entera e ilesa. Sentís cada vez más vuestra propia e incrementada autonomía e independencia.

Cuanto más os conectáis durante vuestra vida con el punto central del Sol en vuestro interior, más fácil os supone "soltar" el pasado, es decir la relación con vuestros ancestros. El modo en que experimentásteis esa relación sólo fue un rayo, una línea de tiempo de entre todo el abanico de probabilidades que se ofrecían. Al cambiar vuestra conciencia de quiénes sois, podéis cambiar lo que fue a otra experiencia del pasado, y a otra línea de tiempo.

Ahora sois capaces de mirar la relación con vuestra madre y con vuestro padre desde la perspectiva del alma, de la cual como niño/a no fuisteis conscientes. Ya que ahora estáis más en vuestro núcleo central, capaces de percibir a aquellos padres bajo una luz diferente, de un modo más benévolo e indulgente. Podéis explicarle al niño que portáis cómo determinadas experiencias dolorosas os ayudaron a crecer y cómo vuestros padres fueron inconscientes del dolor que os infligían. Re-creando el pasado y sintiendo las emociones contenidas, vuestra conciencia presente libera la energía que quedó atrapada por eso. Literalmente estáis recreando una nueva línea de tiempo en el pasado, sanándolo en lugar y momento en que dicho pasado os dejó una huella que creísteis indeleble. Una renovada linea de tempo que afectará vuestra relación actual con vuestro entorno, vuestros descendientes y progenitores. Ellos percibirán una diferencia en vosotros y si estáis abiertos a eso vuestra relación cambiará para mejor. Habéis abierto el pasado a través de vuestra nueva percepción, y así habéis creado una nueva línea de tiempo en la cual existe más comprensión y amor. Ésta es una posibilidad real.

Con vuestra conciencia podéis expandir el tiempo. Es cierto. El tiempo no está fijo y cerrado en vuestro baúl de los recuerdos; el pasado realmente no está terminado. Puede re-componerse. Para todo lo que hayáis experimentado, incluso cuando hubiese hechos traumáticos en vuestro pasado que os afectaron profundamente, hay aperturas disponibles desde el presente para traer amor y aliento para visotros en ese pasado. El pasado es como muchos rayos solares que vienen de vuestro centro, con los cuales podéis todavía establecer una re-conexión...eso sí, si vais al centro del Sol.

Donde estáis en el Ahora es una experiencia – un momento vívido, creativo – y no una raya sobre la arena, ni un raya sobre una línea de tiempo. Desde el manantial del Ahora surgen todas las líneas de tiempo. El Ahora es donde estáis en el momento presente – donde ponéis toda vuestra atención, eso es el Ahora. En cuanto estáis atentos a esta parte más iluminada y presente – vuestro centro, vuestra alma, vuestra conciencia – entonces irradiáis luz desde este sol central tanto hacia vuestro pasado como hacia vuestro futuro, y todo se junta.

Podéis concebir mejor la naturaleza del tiempo como una telaraña en tres dimensiones, abriéndose en abanico en todas direcciones tanto al pasado como al futuro.

¿Y qué podéis hacer con este conocimiento en el presente, en vuestra vida diaria? Pues podéis volveros conscientes de vuestra propia fuerza y potencial. Todo está dentro del rango de vuestro poder, tanto el pasado como el futuro. No hay poder fuera de vosotros; ningún poder, por atemorizante que parezca, que determine vuestro futuro y que diga lo que debe ser vuestro pasado – nada está determinado. Vosotros sois los co-creadores, siempre, y en cada momento. En ese sentido, sois los maestros de vuestro propio pasado y de vuestro propio futuro. Si permanecéis en vuestro centro, podéis aferraros a esta conciencia, a esta fuente de luz. En la continua comprensión de esta fuente yace vuestra confianza, seguridad y rendición. Si estáis en el centro de este sol, sabeis que podéis rendiros a él – es evidente y natural en vosotros. Sin embargo, una vez que dejáis el centro y comenzáis a pensar: “¿Cómo me escapo de mi terrible pasado? ¿Cómo creo un futuro armonioso en este mundo tan lleno de miedo y de amenazas?”. En ese mismo instante ya estáis fuera de vuestro núcleo. El arte de este proceso transformativo es volverse hacia el propio núcleo, vuestro centro, y no intentar resolver los problemas intelectualmente, racionalmente, por medio del pensamiento, sino buscar soluciones dentro del núcleo, el centro de vuestro sol, el Ahora – ¡donde no hay tiempo! Éste es el Hogar del que procedéis, donde auténticamente sois quienes sois, y donde nada externo puede influenciar, determinar vuestro destino.

Os pido encarecidamente que imaginéis de nuevo que estáis en el centro de este radiante sol que sois y sentíos uno con la luz y la fuerza que hay ahí. Veréis, no requiere esfuerzo alguno hacer esto porque este sol ya existe dentro de ustedes, no es una meta externa. Y ahora imaginad que en algún lugar de esa red de rayos emitidos desde vuestro sol interior hay una línea de tiempo de vuestro pasado que necesita ser iluminada. No tenéis que sentir o esforzaros por ver algo concreto, simplemente imaginad que la luz de vuestro sol fácilmente llena ese oscuro callejón del pasado. Puede pasar que no logréis reavivar por completo la luz ahí, pero la luz ya habrá hecho una conexión inicial con esa línea de tiempo del pasado, la mera intención abre un camino que estaba cerrado, que permanecía inconsciente en vuestra mente, de tal modo que podéis volver a ella nuevamente cuando queráis hacerlo. Decidle a estos acontecimientos del pasado, ahora rodeados por vuestra luz solar:

 

“Todo lo que necesite recibir Luz, reciba esa Luz de mí. El viejo dolor y el trauma que quiere ser resuelto y liberado ahora saldrá a mi Luz.”

 

Permitid que los sentimientos escondidos afloren sin temor a verlos y dejad ir todo apego a dichos sucesos pasados. Ellos no definen en ninguna medida quienes sois; Repetid:

 

" no soy la oscuridad que percibo ahí - ¡soy la luz que viene a clarearla! "

 

Cuando operáis desde el centro de vuestro Sol os volvéis los liberadores y los sanadores del pasado y de este modo los creadores del futuro.

 

Ahora id al futuro. El futuro yace alrededor de vosotros como una enorme telaraña tridimensional con muchas hebras, y vosotros estáis en su centro. El futuro no es algo que venga a vosotros desde afuera. Las hebras de la telaraña surgen de vuestro corazón; son giradas sin esfuerzo por la maraña de continuos pensamientos y sentimientos que tenéis. Los estados internos emocionales entre los que fluctuáis crean incontables y potenciales líneas de tiempo. No tenéis que hacer nada especial para que suceda – simplemente sucede porque vosotros sois un sol que no puede dejar de irradiar hacia el exterior. Está en vuestra naturaleza ser un Creador. Ahora, pedidle al futuro, pedidle a esa red de líneas de tiempo:

 

" muéstrame cuál es la hebra más brillante para mi en este momento. ¿En qué necesito enfocarme ahora? ¿Qué dirección debería seguir ahora de modo que pueda caminar hacia un futuro hermoso y radiante? ¿De qué necesito estar consciente ahora, en este momento?”

 

Estad entonces atentos, pues vendrá una urgencia desde el centro del sol que sois, así que tan sólo estad abiertos a eso. Vuestra alma quiere tranquilizaros y alentaros a que conectéis con un futuro hermoso, poderoso, que ya yace latente dentro de vuestro ser.

Sed conscientes de cuán fácilmente ese futuro acudirá a vosotros; no tenéis que esforzaros pensando en eso. Sentidlo aparecer y observadlo. Y permaneced en él Ahora. Sentid en vuestro corazón cómo la energía de este futuro hermoso, brillante, ya es parte de vosotros. De este modo lo atraeréis hacia vosotros con más facilidad. Sentid ese hermoso futuro en vuestro corazón y despertadlo simplemente regocijándoos en él. Estad abiertos a su encantadora vibración. Invitadlo a entrar a vuestro corazón y a vuestras manos, y a través de vuestras manos abiertas dejadlo fluir hacia afuera, hacia la Tierra. Dejad que suceda – echará raíces naturalmente. Tened confianza entonces en vuestro futuro y sentid vuestro poder solar profundamente adentro. Sentidlo en vuestro corazón, sentidlo en vuestro vientre, en vuestras piernas, invadiendo todos los órganos de vuestro cuerpo, con especial atención a aquellos que reclaman más vuestra atención ahora. Permitid que ese poder solar se arraigue en la Tierra a través de vuestros pies.

Quedad en vuestra paz.

Sois amados.

Pamela Kribbe canaliza a Jeshuawww.jeshua.net

Traducción del inglés por Sandra Gusella

 

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