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miércoles, 31 de octubre de 2012

lunes, 22 de octubre de 2012

Transformación

Hasta ahora solo la música ha logrado dejarme sin palabras. Ahora, además de la música, Fidel Delgado también ocupa un lugar en el olimpo de mis recomendaciones más sentidas.

Disfrútalo.

viernes, 19 de octubre de 2012

Euphoria (I)

Vayas donde vayas el sentimiento progresivamente más común es el de la desesperanza. Una desesperanza más o menos disimulada: "la procesión –me decía un conocido en la calle– va por dentro...". La ceguera colectiva e inconsciente que nos gobierna ante la naturaleza de los acontecimientos tiñe la cotidianeidad de frustración. "¿Cómo compensar ese estado latente de desánimo?" nos decimos para nuestros adentros. Antes de que terminemos de formular esa íntima pregunta, ya está preparada la respuesta: Euforia.

Del griego εὐφορία, Euforia es "el estado de ánimo que involucra la capacidad para soportar (combatir/contrarrestar) el dolor, para alcanzar una cierta sensación de bienestar."

En la búsqueda incesante de estimulantes que mantengan aletargado al miedo (al dolor) que nos persigue, no ya desde nuestro nacimiento en esta particular vida, sino como una sombra indisociable desde los mismos albores de nuestra experiencia humana como especie, de nuestro nacimiento cósmico, hemos nadado en un mar de sufrimiento.
Como si de una sucia y pestilente ropa interior simbólica se tratase –cuya limpieza no hemos sabido (querido?) enfrentar– nos hemos esforzado denodadamente en esconder el hedor del dolor de nuestro propio parto como especie, acaecido en el hoy todavía confuso escenario edénico.


Y Dijo Dios, Vayomer Elohim na'aseh adam betsalmenu kidemutenu veyirdu bidegat hayam uve'of hashamayim uvabehemah uvechol-ha'arets uvechol-haremes haromes al-ha'arets. "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Que domine a los peces del mar, a los pájaros en los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra". (Génesis 1:26)

Más allá de apreciaciones semánticas respecto a plurales mayestáticos ("hagamos al hombre...") y del simbolismo que encierran estos versículos enigmáticos, lo cierto es que el llamado drama del Paraíso encierra un vértigo del que aún tratamos de reponernos a pesar del lastre grabado a fuego en nuestro inconsciente...


Continua el Génesis...
3:16 A la mujer le dijo: "Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará". Al hombre le dijo: "Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida.
3:18 Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo.
3:19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás."
3:22 Y dijo el Señor Dios: "¡He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre."
3:23 Y echó el Señor Dios al hombre del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde había sido tomado.
3:24 Y habiendo expulsado al hombre, puso delante del jardín de Edén querubines, y la llama de espada vibrante, para guardar el camino del árbol de la vida.

Desde esta inefable espada de Damocles, ese bíblico vértigo al castigo divino por haber osado morder el fruto prohibido, empezamos hace algo más de 50000 años a transitar, como Homo Sapiens Sapiens, por la experiencia humana...a lo largo de un sendero teñido de culpa...
Nos decimos en silencio: "Si Dios expulsó a la primera pareja de humanos del Edén al ver que tapaban su desnudez, algo 'inapropiado' debieron hacer"...ergo "...Soy culpable, en virtud de mi vínculo genético con Adán y Eva, de haber ofendido a quien más me quiere (según rezan las escrituras"...a mi Creador. "Satán, el que repta (la serpiente) 'tiene la culpa', nos decimos, convencidos de la veracidad de la acusación registrada en el libro del Génesis, sin contemplar la más que probable alternativa de cuestionarnos la condena que pesa sobre el "Adversario", pues esa es la traducción del término Satanás...

Satanás o Satán es el término con que las religiones abrahámicas designan a un ser mitológico que representa la encarnación suprema del mal, personificada en el ángel caído que desobedeció y se rebeló contra los mandatos de Dios, en el caso de la religión cristiana, y en el caso de la religión musulmana Satán puede ser, tanto un genio o yinn que desobedece las órdenes de Allah, como una persona que se realiza actos de rebeldía en contra de la palabra de Allah.
El nombre Satanás -o Satán- deriva del latín Satāna, y éste a su vez del arameo הַשָּׂטָן, ha-shatán, «adversario, enemigo, acusador». Aunque luego se le menciona como un espía errante de Diossobre la Tierra, el sentido primario, de la raíz שטן (štn, «impedir, hostigar, oponerse»), sería simplemente el de «enemigo». En la tradición de la Iglesia Católica y otras iglesias cristianas señala que Satán es sinónimo de Lucifer. El nombre Lucifer sería lo que en una época habría sido el nombre que recibió de Dios en persona. Antaño a la rebelión, Lucifer estaba por encima de todas las categorías de los ángeles, ya que era el más hermoso de todos. El término "Lucifer" (Luzbel) significa "Portador de luz". Pero desde que se puso en contra de Dios, su nombre fue cambiado a Satán (adversario).

¿Podría este "adversario" de Dios no ser sino una de las personalidades del atributo divino "Yahveh", ese Enki/Oannes sumerio/mesopotámico, co-artífice del salto genético, junto a Ninmah (su hermanastra) y Ningishzidha, el Thot egipcio, hermano de Ra, el Quetzalcoatl Tolteca/Maya, su hijo. ¿Somos esa 'mejora genética' operada en el indígena Neanderthal (hombre nuevo) hace alrededor de entre 50 y 60 mil años en el desierto del Ngoro Ngoro?

En fin, hace mucho de eso, ¿verdad?. Es otro tema fascinante que tratar. Sin embargo, lo cierto es que no conseguimos liberarnos del estigma de la culpa. Por agnósticos o ateos que nos definamos, la culpa subyace el inconsciente colectivo de los herederos de las tradiciones judeocristianas, como una mancha aparentemente irrevocable que ni el sacramento bautismal de la fe religiosa logra borrar en los mismos fieles creyentes, una losa que solo halla cierta dosis de redención desde una actitud de penitente sumisión (de ahí los tabúes como la vergüenza, la timidez, la virginidad, la austeridad, el 'yo no soy nada, no valgo'...). Una sumisión que sin duda necesitamos sublimar por medio de cualquier tipo de violencia (verbal o físca). 

En un mar de esquizofrenia donde todo aparenta ser envases edulcorados totalmente vacíos de contenido, vamos disimulando el dolor reprimido con un esfuerzo sin duda sobrehumano (sufrimiento) a base de estimulantes –o narcóticos, según se tercie–, de esos euforizantes (opiáceos naturales o sintéticos) que nos otorguen una cierta 'sensación de vivir', en la búsqueda por recuperar (recordar) nuestra una vez indiscutible conexión y sintonía con todo lo creado. 

Puede que te parezca una idea alocada, pero hoy creo firmemente que, desde entonces, y generación tras generación, en nuestra alocada huida hacia adelante y al tiempo que hemos expandido los límites del universo conocido (ese mérito es innegable) hemos transmitido (con la mejor de las voluntades de que el intelecto es capaz, sin duda) el testigo de la insostenible culpa a nuestros hijos, en la inconsciente esperanza de que ellos, nuestros herederos, la 'nueva savia', resuelvan de una vez por todas el acertijo de nuestra esencia y aclaren las dudas acerca de nuestra crisis existencial como especie, que nos digan finalmente quién es el Homo Sapiens Sapiens y cuál es el peldaño que nos aguarda en esta "escalera al cielo". Todo, ya digo, para soportar y amortiguar la incomprensible sensación de abandono que a nivel individual y colectivo hemos sentido desde nuestro repentino advenimiento sobre la faz de la Tierra. Un abandono que hemos perpetuado inoculándolo de padres a hijos. Claro, ¿cómo va a transmitir amor a su descendencia un ser que se sabe abandonado? Homo Homini Lupus...
El monstruo global, ese ego incansanlemente pensante, de cuya dependencia permanecimos conscientemente ignorantes hasta que Freud y Jung expusieron su influencia individual y colectiva sobre el tapete, sobrevenido probablemente tras la adquisición, por parte de aquellos primeros homínidos, de una "nueva corteza cerebral" (neocortex) –y con ella una expansión de nuestra consciencia como individuos–. Un ego que está, desde 1990, en sus últimos estertores, viviendo su ocaso, desde la vida propia de que le hemos dotado, quemando todos los cartuchos que le restan, tratando por todos los medios de mantener distraido (siquiera de retrasar) nuestro imparable despertar del sueño al que nos indujo. Y su sibilino mensaje, sustentado por sus secuaces 'espabillati' a escala global, te invoca a seguir sumido en tu sueño cotidiano, para que continúes tratando de alcanzar algo que sin embargo ya eres, tu divinidad. Su consigna es clara: euforia.




why can’t this moment last forevermore?
¿Por qué no puede durar este momento para siempre?
Tonight, tonight eternity’s an open door…
Esta noche, la eternidad es una puerta abierta
No, don’t ever stop doing the things you do.
Nunca dejes de hacer las cosas que haces
Don’t go, in every breath I take I’m breathing you…
No vayas. Cada vez que respiro, te respiro a ti.
Euphoria
Euforia
Forever, ’till the end of time
Para siempre, hasta el fin del tiempo
From now on, only you and I
De ahora en adelante, tan solo tu y yo
We’re going up-up-up-up-up-up-up
Subimos, subimos, subimos....Euphoria
EuforiaAn everlasting piece of art
Una obra de arte imperecedera
A beating love within my heart
un amor que late en mi corazón
We’re going up-up-up-up-up-up-up
arriba, arriba, arriba....
We are here, we’re all alone in our own Universe,
Aquí estamos, solos en nuestro propio universo (??)
We are free, where everything’s allowed and love comes first,
Somos libres, donde todo está permitido y el amor es lo primero
Forever and ever together, we sail into infinity,
por siempre y para siempre, navegamos hacia el infinito
We’re higher and higher and higher, we’re reaching for divinity.
Llegamos más alto, más alto, alcanzamos la divinidad (??)
etc...

...

No más rencor. No más resentimiento. No más odio ni frustración.Desata, sin vergüenza ni miedo a las represalias, toda la ira que contengas y vacíate de toda la energía reprimida. Ese es el mensaje de los niños, que no son sino nosotros mismos venidos desde el mañana, portando la llave de la sanación. Una llave que abre la caja de Pandora, la de los vientos reprimidos y represaliados. Des-anúdate. Es legítimo. Hazlo sin ensañarte. Sácalo sin cargárselo en las espaldas de tus captores. Estos, por 'malvados y tiránicos' que aparenten ser, son seres eternos, como tu, con una función clara. Poner a tus defensas 'contra las cuerdas'. Sacarte de quicio, para que te des cuenta de que no encajas en el marco. Se trata de ti. De tu salud. Y ellos son como tu. Ni más ni menos. Por muchos títulos y cargos públicos, electos o no, que ostenten, fueron niños abandonados.Detener la cadena de ira y condena, deshacer los nudos de tu resentimiento. Es una operación íntima que tan solo te involucra a ti. Probablemente ni te des cuenta, pero de hecho ya lo estás haciendo...tu inconsciente está aflorando, colándose irremisiblemente por las grietas de tu bien labrada armadura mental. Y con ello los mundos sutiles se están revelando masivamente. La realidad que te rodea lo está reflejando. Observa y abraza al epílogo de tu/nuestra gran epopeya, el gran parto que 7000 millones de almas se comprometieron a testimoniar e iluminar en estos precisos momentos.La Tierra, tu madre bajo todos los aspectos, te siente y agradece tu presencia. Quien está re-naciendo eres tu mism@...y ella contigo.Fraternalmente: Lo siento, perdóname, te amo, gracias.







jueves, 18 de octubre de 2012

Todo pasará

Cuando hablamos de perdonar, los anglosajones distinguen entre dos términos que puede parecer a  primera vista intercambiables (pero no lo son): forgiveness y pardon. El primero es el acto de disculpar un ultraje (cualquiera que sea la magnitud del impacto soportado) y conlleva el cese de todo resentimiento, indignación o cólera asociada al trauma padecido, mientras que el segundo implica toda suerte de clemencia (I beg you pardon) y cancelación o conmutación de la pena asociada, impuesta ya sea por la autoridad (monarca) o autoasignada por el mismo inculpado, que busca una redención por medio de algún tipo de penitencia. En el primer caso se trata de una toma de Conciencia del sujeto agredido, respecto a la futilidad de su resentimiento...

En la filosofía clásica el escepticismo es una corriente filosófica basada en la duda, representada en la escuela de 'Skeptikoi', de quienes se decía que "no afirmaban nada, solo opinaban"En estos tiempos de caos social, donde los fundamentos de todo lo que a priori era incuestionable (modelo educativo, el sistema sanitario, el modelo económico de libre mercado, el origen del hombre como especie...) están siendo diseccionados y altamente cuestionados, decimos que podemos perdonar, pero que no olvidamos, rescatando la máxima "Quien olvida su historia está condenado a repetirla" (atribuida a Agustín Nicolás Ruiz de Santayana, corrígeme si me equivoco). Decía Jardiel Poncela que "la Historia es mentira encuadernada"...El volúmen de oscuros secretos que finalmente están saliendo a la luz le dan la razón, como el reconocimiento de que la Francia Gaullista masacró a manifestantes argelinos que reivindicaban, en octubre de 1961, una Argelia independiente...A buenas horas mangas verdes...

"Una cosa es continuar la historia y otra repetirla" decía Jacinto Benavente.
El sistema defiende a ultranza su estatuquo como gato panza arriba hasta que acaba admitiendo, una tras otra, sus fechorías. Y ahí es cuando te toca decidir: blandes al viento la espada del resentimiento y decides con ello (inconscientemente) imitar a tus antepasados o la enfundas y te zambulles en la marea de emociones que pugnan por ser liberadas, aportando una vía novedosa y sanadora, no solo para ti sino para las pasadas y venideras generaciones.

La miseria no puede permanecer oculta por siempre, igual que los muertos enterrados en el fondo de un lago, siempre acaban por salir a la superficie. Y este tiempo ha llegado. Los Mayas lo sabían, por eso su calendario no contempla métricas cronologicas más allá del 21 de diciembre de 2012.
Tiempo de Sentir, de conmoverse, de sacudirse, de catarsis emocional...tiempo de girar el calcetín de la mente atrofiada y luego...de 'dejar ir'...
Tiempo de sentir la bendición del dolor, almacenado en el doble fondo de la Psiquis, que finalmente está consiguiendo hallar su expresión...tiempo de vomitar la cólera y la rabia, de manifestar la necesaria catarsis emocional para poder dejar ir el lastrante orgullo, el miedo. El ego tuvo un sentido y agradezco la función que tuvo. Ahora ya no lo necesito. Es tiempo de compasión, de comunicación desde el corazón que todos compartimos y que emite pulsaciones en acompasada sincronía con los latidos del centro de nuestro astro solar, de la Galaxia, del Universo y de los multiversos...

 No sabemos a dónde vamos, pero si creemos que un mundo nuevo, sin miedo ni resentimiento es posible.
Abre tu corazón sin medida. Deja volar tu divinidad.

"sic transit gloria mundi" 

Solo se encuentra la felicidad cuando se brinda el corazón...

sábado, 13 de octubre de 2012

Me rindo. Somos uno

Existen dos modos de enfrentar un escenario insosteniblemente crítico y abrumador. El primero es el de la ironía. Es la vía del intelecto, que enfrenta (escapa a) lo emocionalmente inasumible mediante el sarcasmo. Es la negación del vértigo a un dolor indigesto (no-digesto) reprimido, no-verbalizable, pues yace en una fase pre-verbal (incluso intrauterina) de la existencia. Consiste en pretender pasar el "mal trago" de una escena amenazante, embriagad@s de ese "sentido del humor" sarcástico y característico de la hilaridad que nos hace "reirnos de" en lugar de "reirnos con". Es el estadio típico de las personas 'cultas' (cultivadas en ambientes intelectuales) aferradas a la lógica, parapetadas y prisioneras tras los púlpitos de sus barreras cognitivas. Estas personas gustan de hacer (o difundir) chistes burlescos ironizando acerca de los mismos eventos amenazantes, personas o situaciones que pongan en riesgo su estatus o seguridad. Estamos a punto de superar esta fase en la que está inmersa el mundo occidental.

El otro (siguiente) es la vía de la rebelión, de la revolución. Es la fase de la reacción del gato acorralado o mejor incluso, la del escorpión, que al verse amenazado, entre la espada y la pared, y no poder ya recurrir a los argumentos razonables (el escorpión astrológico no razona. Procesa su realidad desde el cerebro límbico) que proporciona el cerebro neocortical para defenderse de la situación límite a la que se ve enfrentado, se ve abocado al uso indiscriminado de su aguijón para defenderse/atacar. Pero lo hace con tan mala fortuna que ineludiblemente se lo clava a si mismo. Es la fase en la que estamos adentrándonos cuando ya no quedan más talleres de risoterapia a los que asistir.

Pero existe una tercera fase, la que sintetiza ambas re-acciones. Es la vía de la entrega, la aceptación, de la rendición incondicional a la confianza (nada que ver con la sumisión). Es la fase intermedia, que habiendo ya experimentado los extremos (opuestos), ya no combate desde ellos. Aceptar es librarse a la catarsis sanadora y liberadora, y sentir lo reprimido, todo el dolor olvidado por el tortuoso camino...y de eso nadie se muere (pues la muerte no existe). Los griegos la llamaron Ataraxia. Para alcanzarla hay que haber transitado ineludiblemente, antes o después, por las dos primeras. Es una condición sine qua non. Quien pretenda estar por encima de esa transición se está engañando a si mismo, ahondando así, en su estructura defensiva.

Me rindo. No puedo ni quiero seguir controlando (ironizando, ridiculizando, juzgando, condenando y combatiendo) lo que ME sucede. Acepto mi destino como ese náufrago que habiendo tratado, al límite de sus fuerzas, de nadar contracorriente para alcanzar la chalupa desde la que cayó (se lanzó...), se rinde finalmente a la fuerza de la corriente, después de haber medido sus fuerzas contra ella, y decide economizar sus energías permitiendo que el poder de la corriente lo conduzca allá donde decida llevarle (que no es otro lugar que el mar, donde afluyen todos los cauces).
Todos estamos confluyendo hacia el mar del que una vez salimos Y a medida que nos vamos acercando a él, lo reconocemos como el verdadero hogar. Ese mar pacífico del que una vez decidimos voluntariamente evaporarnos (escindirnos) para convertirnos en nubes. Nubes borrascosas que sobrevolaron el territorio indómito e inexplorado de la creación, para luego descender / descargarnos sobre las cimas de las más altas cumbres.
Desde entonces hemos navegado. Desde que nos precipitamos sobre esas cimas, hemos transitado a lo largo del curso del río. Y lo hicimos luchando contra la misma corriente, negando el dolor de nuestro inicial impacto, el de las gotas de lluvia sobre las heladas cumbres pedregosas. Un plan perfecto que inmanentemente conllevaba una amnesia colectiva acerca de nuestra naturaleza. Un olvido nos puso en pie de guerra, sobre la senda de la lucha, no dando el brazo a torcer, combatiendo gota contra gota de agua, en el mismo cauce que TODOS conformamos, explorando, pertrechados con la armadura del el orgullo (ego), los límites y umbrales de nuestra tolerancia al sufrimiento y nuestra capacidad para la compasión en este mundo. Amar en tiempos revueltos...

Ahora es hora inevitablemente de dejarse llevar y rendirnos a nuestro origen, a la fuente de la que procedemos. Estamos cerca de la desembocadura del río de nuestra epopeya. Es el fin del Homo Sapiens Sapiens (Cro Magnon) y el inicio del Homo Consciens, el hombre amante. Concluye un gran ciclo, como no puede ser de otro modo, pues así se rige el pulso de la Creación. El miedo es el único obstáculo. El amor, la única medicina para el dolor confiscado.

PS: ayer me encontré mi coche, en mi plaza de garage comunitario, con las cuatro ruedas pinchadas. El mecánico ha constatado que fue obra de una acción intencionada. A quien quiera que haya sido: Si por acción u omisión, directa o indirectamente, he supuesto o me has considerado una amenaza para ti...lo siento, perdóname. Te amo. Gracias.

lunes, 8 de octubre de 2012

Canto a mi mismo

El verdadero rescate que la humanidad precisa no es, de nuevo, el de las volátiles finanzas, sino el requerido por nuestras consciencias. Recordar quiénes somos, cuál es nuestra verdadera naturaleza, más allá de nuestra corporeidad física, es la perspectiva renaciente que de modo imparable se está operando. El pulso constante y autónomo de nuestros corazones nos está remitiendo, de modo sincrónico a la eterna fuente de la esencia de todo cuanto es, al corazón común que todos compartimos, al origen de toda la energía esencial de la que manamos, que no es otra que el amor.
No se puede permanecer indefinidamente ajeno, por mucho que nuestras personalidades lo pretendan, desde el frenético citius, altius, fortius, al inacallable latido que nutre la vida en todos sus ámbitos, niveles y estadios de consciencia.

La compasión, la comprensión, el respeto por los ritmos de toda la biodiversidad de la que somos testigos solo es viable desde el respeto por uno mismo. La restitución de la integridad global pasa por la toma de consciencia del rescate que cada uno, a nivel individual, necesita imperiosamente realizar en si mismo. El paso, sin vuelta de hoja ya, que estamos realizando desde el reducido campo de visión del pequeño yo, escondido entre su pestilente montaña de miedos, a la macrovisión desde la azotea del Yo superior.

Todo lo que necesitas para conectar con tu cerebro del corazón es detener la máquina de pensar. ¿Tienes miedo? ¿De qué?...


"Canto a mi mismo" (de Walt Whitman):

«Me celebro y me canto a mí mismo.

Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,

porque lo que yo tengo lo tienes tú

y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.

Vago... e invito a vagar a mi alma.

Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra

para ver cómo crece la hierba del estío.

Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,

de esta tierra y de estos vientos.

Me engendraron padres que nacieron aquí,

de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,

de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.

Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.

Y con mi aliento puro

comienzo a cantar hoy

y no terminaré mi canto hasta que muera.

Que se callen ahora las escuelas y los credos.

Atrás. A su sitio.

Sé cuál es su misión y no la olvidaré;

que nadie la olvide.

Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,

dejo hablar a todos sin restricción,

y abro de para en par las puertas a la energía original de la naturaleza

desenfrenada.»

Meditación Ho'oponopono

Vamos en busca de la paz. Clamamos por ella en todos los foros posibles (una comida familiar, una reunión de padres de alumnos, una junta de comunidad de vecinos...) pero no dejan de presentarse situaciones conflictivas...la paz se empeña en rehuirnos. Cuanto más  airadamente reprochamos las actitudes hirientes de los demás más parece la anhelada paz eludir nuestro encuentro. Y así nos va, hasta que un día despertamos, magullados por nuestros propios palos de ciego, a la madre de todas las preguntas: ¿será que la Paz se halla escondida en otro lugar? ¿en otro tiempo?

Puede que hayas llegado a la conclusión de que lo que más bloquea el afloramiento de tu paz interna es el miedo a reconocer que tienes miedo.

– Miedo a morir?
– Para ser honestos, no me da miedo morir.
– ¿Qué te da más miedo que la misma muerte?
– Sufrir...
– ¿Podemos afirmar que huyes de aquello que te da miedo?
– Sí, se puede decir que sí.
– Bien. Te voy a demostrar que mientes. Mejor dicho, que te engañas.
–...?
– Dime una cosa. ¿Puedes evitar sufrir? ¿Puedes decidir no sufrir cuando te das cuenta que sufres? 
– ...No, es cierto.
– Si sufrir, en pura lógica, es lo que te sucede cuando huyes, entonces esa es la prueba de que no puedes huir del sufrimiento. Como no puedes huir de un terrorífico perro que corre tan rápido como tu. Huyes de un fantasma que te acosa donde y "cuando menos lo esperas" (que es curiosamente cuando más lo temes). No lo ves, no lo hueles, no lo oyes, pero está ahí. Sufres cuando no sucede lo que esperas que suceda. Y sufres cuando sucede lo que no esperas que suceda.
–Supongo que sí.
–Entonces convendrás que esperar es sufrir. Nunca sucede nada cuando esperas que algo suceda. Y cuando sucede lo inesperado, reacciones "esto no es lo que esperaba", te dices. ¿Qué esperabas?
– Esperaba algo que, por una vez, no me haga sufrir. No esperaba que mi padre enfermase y muriese. No esperaba que mi pareja me dejase hace tres años. No esperaba suspender el exámen de acceso a la Universidad. Ni siquiera esperaba que la chica que me gusta me diga "te quiero". Eso me desconcertó. Soy un animal de costumbres. No estoy preparado para lo inesperado.
¿No estás preparado para el amor, paradigma de lo inesperado?

La vida sucede inesperadamente. En realidad no tienes miedo a sufrir, pues sufrir es lo que te sucede constantemente, a lo que estás acostumbrtado. Sufrir es lo que te sucede mientras huyes...y la huida te es familiar.

Entonces dime, ¿de qué tengo miedo? ¿de que huyo?
– Tu me lo dirás. Yo lo sé, pero si te lo digo no me creerás. No puedes tener miedo de algo que no conoces, verdad? Solo puedes temer lo que te es familiarmente espantoso. ¿Qué es?  Descartado el miedo a sufrir...¿es miedo a perder? ¿miedo al rechazo? ¿A no ser visto? ¿a pedir perdón, miedo a disculparte, miedo a agradecer, miedo a aceptar lo inesperado, a vivir la vida, miedo a sentir? ¿Miedo a amar?

Hubo un tiempo en que no teníamos miedo. Los niños no temen, hasta que aprenden a tener miedo. ¿Y qué puede temer un niño? Aprende a temer lo que más cerca tiene. Teme a quienes ama. Y crecemos con el dardo envenenado del miedo. Un dardo invisible. Y el tiempo pasa...Y el miedo atasca, atrofia el presente, el AQUÍ/AHORA. Porque el ALLÍ/ENTONCES fue temible y no había forma de integrarlo, de incorporarlo. Desde entonces tienes miedo a lo inesperado. Desde entonces vives en la esperanza, esperando (re-clamando) que Papá y Mamá sean tal como AHORA esperas que hubieran sido ENTONCES.

– Esperas el amor de Mamá…y de Papá. Mientras tanto pasa la vida, que no espera nada. Ni de ella ni de ti. Simplemente sucede. El amor, que es la vida, sucede. Pero no la reconoces. Y te enfadas porque no es como esperabas. Y luchas para cambiar la vida, a las personas. Luchas por que se adapten a tus expectativas. Luchas para que todo sea tal como esperas. Y SUFRES porque eso no sucede. Y eso sucede hasta que llegas a la convicción de que la solución es dejar de seguir esperando que algo externo suceda, que te escuchen, que te amen como…querías, como NECESITABAS. Dejas de esperar y te rindes.
–¿Te resignas?
–No. Aceptas. Resignación es lo que hacías mientras sufrías en silencio. Rendición es cuando empiezas a considerarte, a mirar adentro, a todo el abanico de reacciones frente a lo inesperado, a esos nudos de resentimiento (ansiedad, enfados, enfermedades, irritabilidad, episodios de violencia, depresión...) por los que eres conocido a tu pesar. Es cuando decides desnudarte, des(a)nudar los nudos de tu férrea y obstinada creencia acerca de lo inaceptable que es…pedir perdón.
–Pedir perdón? ¿De qué? ¿Yo no he hecho nada?

Es todo un reto atravesar el obstinado y sempiterno victimismo y despertar a la pacífica aceptación de la naturaleza cíclicamente evolutiva de la existencia. Para ello es necesario re-conocer todas las esclavitudes y servidumbres que hemos repercutido y de las que consecuentemente hemos sido objeto desde/por parte de los personajes enojados que nosotros mismos hemos interpretado vida tras vida.
Por supuesto que hemos padecido situaciones injustas. ¿Pero qué hay de las vendettas que hemos orquestado para buscar un resarcimiento que nunca llegaba? ¿Qué hay de los castigos que (nos) hemos aplicado para repercutir en otros el dolor que no hemos querido integrar? Todos hemos más de alguna vez llevado a la práctica la ley del talión. ¿Cuántas veces hemos tirado la piedra y escondido la mano?

'It's really hard to say I'm sorry' reza la canción...

Si honestamente no puedes disculpar a los que te precedieron (y a fe que no te lo han pedido), quizá sea una buena opción pedir disculpas a los que te suceden...

Es tiempo de pedir perdón. De pedir 'ayuda para poder pedir perdón'. «Pedid y se os dará» dijo el sabio. Quien pide ayuda, deslegitimando para ello el resentido y empozoñante orgullo, la obtiene. Y quien logra incluso pedir perdón lo hallará, será perdonado. ¿Le has negado el perdón a quien se haya atrevido a pedírtelo? A nadie se nos niega el perdón cuando apelamos a nuestras disculpas. Discúlpate por tu resentimiento, por todas esas veces que no has sonreido y con ello has transmitido inseguridad a los que dependían emocionalmente de tu confianza en ti mismo. Discúlpate incluso por tu aparente incapacidad de sentir (si es tu caso) empatía por el sufrimiento ajeno. Pide(te) disculpas y serás redimido de la pesada carga que arrastras, esa 'culpa', que te impide sonreir confiadamente y saludar a todos cuantos se cruzan en tu camino, por serios y compungidos que estén sus rostros (con más motivo si es así) y hasta al mismo y generoso Sol cuando amanece. Y si no puedes aún ver la suficiente abundancia por donde vayas, no te juzgues...pide la ayuda necesaria para viajar al centro de tu inconsolable desdicha y descarga (vacía) ese equipaje atenazante. Re-conoce el legítimo lastre y comienza a soltarlo. Da rienda suelta, ibera, a tu ritmo, tu legítimo (aunque lastrante) resentimiento contenido (miedo, vergüenza, timidez, orgullo...). Sé osado y exprésate sin miedo al qué dirán, aunque el círculo en que te mueves sea crítico y atenazante (esa será la prueba de que tu liberación incomoda). Ámales mostrando el camino de tu libertad. Sé honesto con tus sentimientos. No permitas que el mayor enemigo que tienes, ese Ego tiránico que se aloja en tu mente aferrado a sus miedos, consiga volver a disuadirte de expresarte, disuadirte de vivir. No beneficias a nadie empequeñeciéndote. Tienes tu lugar en este mundo. Un lugar y una tarea intransferible. Nadie más puede hacerla como tu. Tú eres la luz que el mundo necesita, la semilla de la nueva humanidad. Y eso te convierte en una parte muy importante. Sin ti no será lo mismo.
Y si ya eres abiertamente expresivo, posiblemente hasta límites incómodos para ti mismo, no permitas que ese pequeño y grandilocuente dictador  te arrastre por el camino de la ira y la cólera. Sacar adrenalina es perfectamente aconsejable cuando el tarro está lleno hasta los bordes...mientras no caigas en la tentación de aficionarte a ver el vaso siempre medio vacío. Camina elegantemente por la delgada linea, por la senda de la síntesis entre los opuestos. Ama desapasionadamente, es decir, con todo tu corazón, que es el único órgano, como el Astro rey, que tan solo da, bombea incesantemente su generoso caudal. Y lo hace desinteresadamente, sin mirarse el ombligo, sin pedir nada a cambio salvo una disculpa si ha sido desatendido y unas gracias. Así eres tu.

«Perdonar es un gesto magnánimo de autocomplacencia, destinado a satisfacer a los espíritus inferiores. Pedir perdón, disculparse, solo está a la altura de los dioses»
Walt Whitman.





Reenvía desde el corazón este enlace a todas esas personas a las que quizá todavía temas encontrarte por la calle, a todas las personas cuya simple proximidad te desestabiliza, te irrita o empuja quizá a cambiar de acera y agachar la cabeza, a todas las personas que consideres mantienen una situación conflictiva contigo y frente a las que te cuesta estar centrado, personas que te descentran (a saber por qué, poco importa).

Es momento de dejar de luchar por defender el bastión del orgullo, de hacer las paces con tu propia verdad. Y la verdad es que no eres tu miedo. Tu eres paz,  tolerancia y compasión. Eres luz. Eres amor.
Está amaceciendo. Siente tu paz. Da fraternalmente tu paz.

Si has recibido por e-mail este enlace, debes saber que alguien ha pensado en ti y que te pide disculpas de corazón, aunque no recuerdes (ni quizá ella) por qué.

Lo siento,
Perdóname,
Te amo,
gracias.

Bendit@ seas.

sábado, 6 de octubre de 2012

Estamos saliendo del túnel

Estadounidenses viajan a Pakistán para disculparse por los ataques de drones

Decenas de activistas se reunirán con las víctimas de las operaciones antiterroristas de EE.UU. en Pakistán.
"Estamos aquí para decir, en nombre de esos estadounidenses conscientes, que pedimos perdón a los pakistaníes por las muertes y el sufrimiento causados por los ataques de drones (aviones no tripulados, manejados a distancia)", dijo una de las fundadoras de Code Pink, Medea Benjamin, al llegar a Pakistán.



Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/55256-estadounidenses-viajan-pakistan-disculparse-ataques-dronesTexto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/55256-estadounidenses-viajan-pakistan-disculparse-ataques-drones

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Noticias como ésta, que afortunadamente publica valientemente un medio informativo ruso (y que todavía no figura en ninguna portada de ningún medio occidental), te reconcilian con tu verdadera naturaleza compasiva, con la capacidad de saltarte la barrera del orgullo (siempre revestida de desconfianza a lo desconocido). Estas personas, sin considerarse directamente culpables de las muertes inocentes en Pakistán, de las víctimas colaterales (niños y mujeres incluidos) que la política antiterrorista de la Casa Blanca está ocasionando, se sienten responsables no solo como contribuyentes que son - y que desean que sus impuestos sean invertidos en ayudas sociales -, sino también como ciudadanos comprometidos en dar el primer paso para rebajar los niveles de odio en el planeta. Alguien tiene que disculparse con las desoladas familias de las víctimas, se han dicho. Y vamos ser nosotros. Alguien tiene que que transmitirles el consuelo necesario a los ciudadanos pakistaníes para que SIENTAN que no es el pueblo norteamericano (o al menos su totalidad) el que está radicalmente de acuerdo (o siquiera consintiendo tácitamente) con la matanza que los llamados "daños colaterales" –de la cacareada lucha antiterrorista– están causando en sus hijos, maridos y esposas. Sin duda, quien se halla detrás de tales atrocidades es un contubernio de intereses supranacionales tras los que se ocultan, tan solo –y por increíble que te parezca–, un par de centenares de familias, mimetizadas tras logotipos de organismos internacionales. Organismos que lograron prostituir en 1913 (año de la creación de la Reserva Federal Estadounidense) a la institución gubernamental estadounidense, el poder ejecutivo de la hasta ahora mayor potencia belicista del planeta. Oscuras energías que se alimentaron, en sus albores, de nuestra ignorancia para mantener sumido al ignorante rebaño en la ciénaga oscura de la fatalidad existencial anestesiada entre estímulos consumistas y revoluciones inservibles, y que ahora pretenden a toda costa obtener sus últimas gotas del combustible que imperativamente necesitan para mantener engrasada su damnificadora máquina de destrucción colateral. Un combustible que SOLO PUEDEN OBTENER de tu ira y cólera, las mismas que ellos mismos están tratando por todos los medios (y a fe que son muy sutiles) de despertar en ti y en todos aquellos que sobreviven en las ciénagas de la indignación, los solitarios y temeorosos hijos del abandono.

Pero tu ya estás en otra onda. Tu ya no te pre-ocupas por nada. Estás, por el contrario, ocupado restaurando y restituyendo la paz en ti y en tu entorno, sabedor de que el contagio de la paz y la comprensión, la inoculación del virus del amor pasa necesariamente por ti. Estás aceptando el incremento de tus frecuencias vibratorias, mediante meditaciones, mediante la generosidad, mediante la aceptación de las circunstancias, bajando las armas donde ya no ves batallla que luchar. Para que, entre otras cosas, estas personas no solo no sean masacradas en su visita a Pakistán, por algún comando de la CIA-Mossad-MI6 (perdón, quise decir Al Qaeda, que es como formalmente se llama la facción de la inteligencia occidental que opera en el Cercano Oriente), sino que su mensaje, y el de muchos otros, llegue a y cale en los corazones de los hombres y mujeres de buena voluntad, los que anhelamos un mundo en paz y armonía, libre de esclavitud mental. Un mundo que está a la vuelta de la esquina. Tu estás recibiendo con los brazos abiertos al nuevo y armónico esquema de las cosas, abrazando la comprensión mútua que está aterrizando desde una multitud de flancos. Sabes que el binomio respeto-biodiversidad no es imposible.

De todos modos, lo creas o no, no es imprescindible desplazarse físicamente hasta la "boca del lobo", hasta el ojo del huracán para contribuir a rebajar el nivel de violencia en el mundo. Podemos hacerlo desde casa, disculpándonos ante todos los hombres y mujeres resentidos del mundo, en nombre de todos los que no han osado hacerlo, por medio de la técnica del Dr. Len.



También podemos contribuir, desde nuestra esfera particular de dominio, empoderándonos de nuestre inabarcable y ya incontenible, caudal de amor que nos embarga y que se acrecienta día tras día; ¿Cómo? deteniéndonos, por ejemplo, en los pasos de cebra cuando, yendo al volante de nuestro vehículo, un peatón muestra intención de cruzar la calzada. Es un ejercicio que se antoja banal, pero que a fecha de hoy tiene un impacto demoledor en las apuntaladas estructuras de miedo y opresión que han imperado; Deteniéndonos en los semáforos cuando iluminen en ámbar (evitando así provocar o padecer un accidente); acercándonos a una persona (pariente o desconocido) que muestre síntomas de depresión, para consolarle y comprender su estado emocional. Alimentando a un animal abandonado. En definitiva, DANDO lo mejor de nosotros mismos...

Nos levantaremos por las mañanas saludando a nuestros seres queridos con un beso, un abrazo y un "buenos días". Y si, en un arranque de ira o cólera, hacemos o decimos algo que pueda ser hiriente, nos dis-culparemos reparando, en la medida de lo factible el daño ocasionado. Apartaremos el orgullo (vanidad), la necesidad de tener la razón que tanto nos ha obstaculizado a la hora de comprender que SOMOS UNO...y que tantos conflictos ha engendrado. Sonreiremos a la mañana, al Sol agradeceremos su presencia nutriente, a la lluvia, si se da el caso, por alimentar a todos los seres vivos a quienes también saludaremos y a la Tierra por alojarnos DESINTERESADAMENTE. Gracias, gracias, gracias.
Todo está en manos de Dios, salvo tu mente, ocupada y gobernada por tus egos, que sí son creación tuya (aunque no sea una entidad real) y que lo seguirán siendo a menos que tomes el poder de tu cabina de mando y te restituyas tu capacidad creativa. Es tu única responsabilidad: restituir tu integridad psíquica y devolver a tu mente la función para la que fue creada por Dios: comunicar la verdad que no es otra cosa que el sentido común (el menos común de los sentidos), bombeado desde su fuente, que es tu corazón, tu verdadera origen de conexión con tu chispa de divinidad.


"Un mandamiento nuevo os doy: Así como yo os he amado, amaos también los unos a los otros" (Juan 13:34)