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viernes, 3 de septiembre de 2010

¿Qué sentido tiene HOYxTI?

Hola, ¿cómo estás?
Aprovechando que para darse de alta en HOYxTI hay que cumplimentar un formulario de registro (muy sencillo pero necesario), pedimos al solicitante que tenga la amabilidad de manifestar, junto a su rúbrica, la razón que le empuja a participar. Muchos pensaréis que el motivo se cae de maduro y que la respuesta es tan obvia que resulta hasta ridículo plantear la pregunta. La realidad demuestra, no obstante, que un alto porcentaje de los usuarios inscritos se adhieren a la dinámica en virtud de unos principios que, si bien algunos son perfectamente compatibles con el espíritu que nos anima, otros no terminan de comulgar con la filosofía que básicamente nos inspiró a crear HOYxTI.

Conocí a una mujer que, frustrada por la diaria lucha que le suponía tener que justificar sus honorarios profesionales ante sus clientes, decidió participar en HOYxTI para hallar un remanso de igualdad. En HOYxTI encontró una comunidad de personas en la que sus propias capacidades y habilidades personales específicas están equiparadas con las de los demás, es decir, tasadas y valoradas en una medida consensuada, el tiempo cronológico. En definitiva, medidas con el mismo rasero. Sus habilidades recibían la misma consideración que las de cualquier otro usuario. Y en cierta medida, esa es una de las consecuencias que se derivan de participar activamente en una red como la nuestra o en cualquier banco de tiempo. Tanto vale un favor hecho por un psicólogo que por un electricista. Tanto valen los consejos de un aparejador que los de un ama de casa que sabe hacer empanadas. Los estratos profesionales no existen aquí.

Otra de las consecuencias, que inevitablemente se deducen de la participación, es el hecho de que es factible recibir servicios que puntual o periódicamente sin tener que desembolsar, a priori, un solo euro. Eso es porque la moneda de "canje" asignada a esta coyuntura, no es precisamente el dinero sino el tiempo cronológico transcurrido en el lapso de una hora. Ello no debe ser considerado como una meta en si misma, sino como una simple norma consensuada para esta dinámica. Desde HOYxTI no demonizamos el uso del dinero. Quien crea que esa es una de nuestras metas debe estar al tanto de este asunto. Quien más quien menos tiene una hipoteca contratada con una entidad bancaria. Quien más quien menos debe pagar mensualmente la escuela de sus hijos, el combustible del vehículo, la electricidad del hogar/negocio,…El dinero es, de momento, la energía que intermedia en las transacciones entre los seres humanos en este planeta. No es nuestra intención, solapada o directa, enfrentar este statuquo. Desde HOYxTI no alentaremos ninguna manifestación ANTI-algo. Eso queda en la conciencia de cada uno.

Subiendo en el escalafón de razones que empujan a quienquiera a solicitar el alta en HOYxTI, está la que se fundamenta en la muy loable intención de colaborar en la mejora de las relaciones vecinales. Buscar integrarse socialmente en el núcleo poblacional en el que uno ha decidido "echar raíces" temporal o definitivamente, siempre es una buena causa. Aquí puede subyacer una necesidad: reclamar reconocimiento de los demás, sembrando de expectativas nuestras aparentemente genuinas intenciones.

Por interesantes que suenen todas esas contingencias, no son sino inevitables consecuencias derivadas del principal de los motivos que impulsaron la creación de HOYxTI. Bhagwan Shree Rajneesh, conocido también con el nombre de Osho, decía: "Sé egoísta. Cuanto más busques tu felicidad más ayudarás a otros a ser felices". La búsqueda de la felicidad propia es una premisa necesaria para que uno pueda hallar placer haciendo un favor, sin contaminarse, en el interim, con ningún tipo de expectativa. 
"Amarás a tu prój(x)imo, como (del mismo modo que) a ti mismo". 

Si nada espero, todo lo que reciba se convierte en un regalo. Dar sin esperar nada a cambio solo puede suceder cuando el acto de dar es intrínsecamente un acto placentero. Y ya sabemos que cualquier fuente de placer carece de conexión alguna con el intelecto, con el raciocinio. Solo cuando hacemos aquello que genuinamente SENTIMOS que nos complace podemos desconectarnos de ese tirano que llamamos "el ego", ese falso yo que tiene secuestrada a nuestra mente. Solo cuando el placer proviene de los sentimientos (y no de los sentidos físicos), es cuando somos nosotros mismos en esencia. Y la generosidad es una manifestación de ese estado del alma. Un estado que se sabe completo, desprovisto de carencias, confiado en la abundancia que la providencia provee. Dar, en ese estado, se cae de maduro. No es cuestionable.

Es por ello que, en el momento de darse de alta y revisar las habilidades que uno/a está dispuesto/a a brindar, solicitamos que se tenga claro que el ejercicio de dichas habilidades le produce a uno placer. Solo entonces, prestar un servicio a otra persona que precisamente esté solicitando dichas habilidades/talentos se convertirá verdadera y esencialmente en un favor. No habrá sacrificios de ningún tipo. Después de dar estás más colmado. Paradójico, no? En tal estado no existe el menor atisbo de que estamos haciendo algo a regañadientes. Ni por casualidad se nos debe ocurrir mirar el reloj, o tener cualquier otro gesto que revele en nosotros incomodidad, desasosiego, pues se supone hacer el favor que estamos prestando nos deleita. Solo así conseguiremos hacer un favor con todas las letras. Solo así regaremos, inconscientemente, la semilla de la generosidad que el mismo receptor está tratando de sembrar en su interior. Solo de ese modo quien reciba nuestro favor se sentirá natural y desinteresadamente impulsado a "devolver" el favor recibido…Solo así se generará una auténtica cadena de favores. No se trata de que se sienta en deuda conmigo, sino que adquiera la Conciencia de que es justo y legítimo dar cuando se recibe algo.

En eso consiste HOYxTI: Un despertador de consciencias que ofrece la posibilidad, a quien así lo entienda, de poner en práctica el placentero ejercicio de la generosidad. Atreverse a dar mirando por encima del hombro a los propios miedos y los prejuicios transforma integralmente a quien así se ejercita. Por lo demás, el efecto "boomerang" está garantizado si se siguen las pautas descritas.

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